SI NO CAMBIA LA SITUACION MATERIAL DE LOS SECTORES POPULARES, NUEVOS ESTALLIDOS SOCIALES ESTAN A LA PUERTA DE LA REPUBLICA DOMINICANA.

 












ABANDONO AL PUEBLO DOMINICANO 
NOS CLOCA AL BORDE DE UNA PROFUNDA CRISIS SOCIAL.

 Por: Rafael Bonilla. Preámbulo: Solo con echar un relampagueante vistazo al contexto social mundial nos es suficiente para entender que el mundo está, socialmente convulsionado. El estallido social en Francia, nos ubica en una constante de estallidos sociales que se suscitan uno detrás de otros en la esfera mundial.

 Los pueblos han decididos lanzarse a las calles debido a que no es soportable la miseria y grandes dificultades que atraviesan para poder mal vivir. El fracaso del ampliamente difundido modelo económico neoliberal ha desvanecido las esperanzas que depositaron las masas en los discursos de los apologistas de este inhumano modelo capitalista. 

La crisis social profunda se ha hecho insoportable, las masas no aguantan más y seguirán lanzándose a las calles buscando respuestas concretas a sus perentorias necesidades. El gobierno dominicano se ha despachado con una miscelánea de propuestas de reformas al Estado que, no terminan de aterrizar y, las pocas reformas que han podido empujar no llenan las expectativas porque en lugar de favorecer a las grandes masas están favoreciendo ampliamente a la oligarquía.




 Las doce reformas que con bombos y platillos anunció el presidente Luis Abinader, estan quedando como simples manifestación de espumas. Las masas que, no tienen formación política, que no tienen desarrollado sus capacidades de discernimiento presagian un porvenir sombrío, no obstante, olfateo que el contexto social crónico que padecemos podria elevar de manera volcánica la subjetividad de las masas e inspirarlas a tomar las calles como está sucediendo en las grandes ciudades del mundo.

 La situación económica, social, cultural, ecológica y politica de la Republica Dominicana, es cada día más dramática, el actual gobierno ha abandonado casi por completo a los sectores sociales más empobrecidos, sumado a eso vemos como estallan en las redes sociales los sectores pequeños burgueses que antes apoyaron al partido en el poder acusándolo de permitir el fluido de impuestos indirectos pasados por debajo de la mesa.

 Parecería que los cálculos  de los gobernantes no les han salidos como lo previeron antes y despues del triunfo. La población cuestiona la politica económica del gobierno, acusa a este de ser una copia perfecta de los dos estilos de gobierno del PLD. el presidente del Banco Central de la República Dominicana, se ha hecho perenne en esa dependencia, ello, indica que, no hay ni la mínima intención de hacer cambios sustanciosos en el modelo económico y social. 

 Los indicios de privatizaciones campean por doquier, las alzas en los precios de los hidrocarburos se expresan de manera constante algo insostenible, el disparo hacia el cielo registrado en los precios de los artículos de primera necesidad y de consumo masivo ha hecho contacto con las nubes, se han tornado inalcanzables.

 La crisis sanitaria, ya no es el resultado de los ataques de la pandemia de COVID-19, es el resultado del abandono de los centros hospitalarios. El descuido masivo en la administración de las dependencias del Estado se inscribe en una diabólica dinámica politica que persigue dejar que todo colapse administrativamente para justificar la creación de fideicomisos privados para que asuman la administración del estado por parte.

 Mas de 23 fideicomisos han sido anunciados, este vandalismo estatal, deja, muy bien claro la incapacidad del gobierno para administrar la cosa pública quedando al desnudo el plan macabro para entregar las pocas propiedades del pueblo al sector privado. 

 El presidente y su equipo de campañas políticas establecieron al país que administrarían con eficiencia la cosa pública, establecieron que lo harían mejor que todos los gobiernos que hemos tenido, pero ahora se declaran incompetentes algo insólito y sospechoso porque somos testigos de la buena preparación técnico profesional de la mayoría de los funcionarios del gobierno.  Desde mi óptica politica lo que está sucediendo es que, están entregando el país al sector empresarial.

 La producción de bienes y servicios es cada vez menor, el costo de producción de los mismos es variante de menor a mayor, o sea, cada día cuesta más producir internamente. Tenemos un Estado miserable, un Estado que ha ido quedando sin medios de producción, un Estado cadavérico. 

 La destrucción del aparato productivo nacional generará grandes dificultades porque estamos dependiendo, en gran medida, de las importaciones y esto estallará porque nos estamos manejando en medio de una crisis sistémica que en su momento estallará y arrasará con las pequeñas economías como como lo hace un tsunami el entorno. 

 Olfateando, concretamente, la situación de crisis internacional olemos con suficiente precisión que es materialmente imposible detener el estallido de la crisis que nos toca a la puerta. El sistema ha agotado todos los instrumentos de amortiguamiento de su situación social y económica. El peso de la crisis, sin resolver, del 2008 sacude los cimientos del sistema y los deja sin opciones para salir triunfante en estos momentos.




 A la sombre de la irresponsabilidad del gobierno chocamos de frente con expresiones profundas de miseria en la niñez dominicana. Los parámetros de sufrimientos de nuestros infantes que, abarca todos los contornos, en el menor de los casos predice que podría verse enfrentada a la más espantosa y desgarradora hambruna con pocos precedentes o, quizás, con ningún precedente en la historia de la República Dominicana. 

 El peligro de la crisis social dominicana. 

 La variable crisis social se comporta como un espía que, se oculta en el silencio de su estratégica misión, pero en el momento menos esperado ahí está con sus demoledores efectos. El malestar se siente, las protestas en todo el país se hacen sentir de manera permanente, la respuesta del gobierno ante estos movimientos es de carácter político y no de carácter social. 

 Si los ¨ideólogos¨ del gobierno dominicano no actualizan y modifican la visión que tienen del contexto social dominicano, pronto, tendremos grandes protestas sociales porque no se trata de que la oposición esté o no esté financiando las acciones del pueblo, de lo que se trata es que tenemos una fuerte crisis social a la que desde el gobierno no se le está dando respuestas concretas. 

 Las necesidades sociales del pueblo dominicano se han incrementado debido a que los procesos de globalización, conducido por el sistema financiero internacional, ha disparado el consumo superfluo a niveles nunca antes vistos. El mundo no es el mismo luego del modelo capitalista de globalización, la gente está consumiendo cosas que ni siquiera sabe para qué sirven, estamos consumiendo mercancías que no es parte de nuestra tradición culinaria y cultural. 

 Este tipo de situaciones requieren de respuestas diferentes a las que contempla el actual gobierno, no es entregando el país al sector privado, a los empresarios para que hagan añicos las propiedades del pueblo para que en diez o quince años las entreguen llenas de deudas y vueltos migajas. 

 Hay que entender que, la crisis que padecemos en estos momentos no es única ni reciente, esta, es el reflejo directo y agigantado de todas las crisis económicas y sociales que hemos padecido a todo lo largo del proceso de formación social de nuestra sociedad, partiendo, desde el mismo momento de la fundación del país. 

 La gran dificultad que presentan los movimientos sociales y políticos progresistas radica en la falta de formacion político-ideológica. Hasta que no crezca el nivel cultural, la subjetividad de los pueblos no podrán enfrentar la crisis de manera objetiva. 

Para que el pueblo pueda defenderse o esquivar las voraces ofensivas del sistema de comercio nacional e internacional, del sistema financiero nacional e internacional y de las ambiciones geopolíticas de los imperios será necesario que los dirigentes encaminen grandes esfuerzos y creen programas de formación social y politica a las masas populares para que los estallidos sociales que estas, en forma de espiral, desarrollan dejen de ser espontáneos y pasen a cuestionar el orden, el sistema en su parte estructural.





 Si el gobierno quiere evitar un inminente estallido social o sistemáticas olas de protestas que, ya iniciaron, debe abandonar la actual politica económica-social y destinar recursos para dar respuestas a los megas problemas sociales que nos aquejan. Si continúan haciendo una gestión para la oligarquía cosecharán situaciones sociales similares a las ocurridas en Chile, el pasado año o como los estallidos de los chalecos amarillos en el 2018 en Francia. De esto no tengo la menor duda.

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