ORGANO DEL PARTIDO COMUNISTA CUBANO ANUNCIA OFENSIVA PRODUCTIVA AGRICOLA.

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CUBA
Cuba y el pan nuestro de cada día
En el incentivo a la producción agrícola se destaca la agroecología. Visité varias propiedades rurales con una alta productividad que no usan insumos químicos

Autor: Frei Betto | internet@granma.cu

24 de diciembre de 2021 20:12:03


Incrementar la producción local de alimentos, valorizando la agricultura familiar, urbana y suburbana, es un objetivo del Programa cubano de soberanía alimentaria y educación nutricional. Foto: José Llamos Camejo En noviembre pasé dos semanas en Cuba como asesor del Gobierno sobre el programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, que cuenta con el apoyo de la FAO, Oxfam y la Unión Europea. Lanzado en febrero de 2020, el programa, que lleva el nombre de Plan SAN, fue aprobado oficialmente en julio del año pasado. En breve, el Parlamento cubano analizará la Ley de Seguridad Alimentaria y Educación Nutricional. En Cuba no hay hambre. ¡Pero los cubanos tienen mucho apetito! El Gobierno gasta más de 2 000 millones de dólares al año para importar alimentos, incluso de Brasil, al que le compra, entre otras cosas, arroz y pollo (el 85 % de los productos que Brasil importa de Cuba son tabacos, cigarros y puros). La situación alimentaria de la isla del Caribe se ve afectada, sobre todo, por el bloqueo injustamente impuesto al país desde hace ya seis décadas por el Gobierno de Estados Unidos. Esa asfixia impide que los barcos mercantes con banderas de los países que negocian con Estados Unidos toquen puertos cubanos. Los contenedores se descargan en otros países y, a continuación, se transportan los productos a la Isla, lo cual los encarece. Se suman a eso las catástrofes climáticas que azotan periódicamente al país, como huracanes, inundaciones y sequías, y el hecho de que Cuba se ve obligada a importar petróleo para producir energía, ya que es pobre en recursos hidráulicos. Dos factores recientes han contribuido a la estrangulación de la frágil economía cubana: la inclusión del país en la lista made in USA de los países «promotores del terrorismo», aunque no haya el menor indicio de ello. Por el contrario, Cuba participa en el combate al terrorismo, como demuestra el libro de Fernando Morais, Los últimos soldados de la guerra fría (Companhia das Letras, 2011). Añádase que, por razones humanitarias, el país socialista envía médicos y maestros a innumerables naciones empobrecidas. Como «no hay dos sin tres», según reza el dicho popular, la COVID obligó a la Isla a cerrar sus puertas a su principal fuente de divisas en los últimos años, el turismo. Ahora empiezan a volver los turistas, ya que se logró reducir drásticamente la propagación de la enfermedad, se adoptaron severas medidas sanitarias (el uso de la mascarilla es obligatorio fuera de casa) y se crearon tres vacunas con las que se ha inmunizado a casi toda la población. Pero hay otra piedra en el camino: Biden aún no ha revocado las 243 medidas adoptadas por Trump para reforzar el bloqueo, y, además, decidió sancionar a todos los bancos y a las empresas que hagan transacciones en dólares con Cuba. Hoy, en la Isla, los dólares son papel mojado. Es imposible cambiarlos en bancos, casas de cambio, hoteles y tiendas. Solo se aceptan euros y tarjetas de crédito. A pesar de esa dramática situación, Cuba resiste. Toda la población, de casi 12 millones de habitantes, tiene acceso a una canasta básica mensual y a los sistemas de Salud y Educación de manera gratuita. No hay personas que vivan en situación de calle ni mendigos. El Plan SAN se centra en cuatro objetivos fundamentales: a) reducir significativamente la importación de alimentos; 2) incrementar la producción local de alimentos, valorizando la agricultura familiar, urbana y suburbana; 3) realizar una amplia campaña de educación nutricional; 4) llevar a cabo una comunicación intensiva sobre el Plan SAN. Los objetivos están interrelacionados, y su ejecución demanda la actuación articulada de todos los ministerios del Gobierno, así como de instituciones y asociaciones del país (Comités de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, sindicatos, cooperativas, etc.). La comunicación se propone movilizar a toda la población como en los primeros años de la Revolución, cuando toda la nación se comprometió con la Campaña Nacional de Alfabetización. El índice de analfabetismo, que era del 77 %, se redujo a cero. En 1959, en Cuba había solo 3 000 médicos (muchos abandonaron el país tras la victoria de los barbudos de la Sierra Maestra). Hoy son más de 100 000, de los cuales 30 000 prestan servicio en 67 países. Brasil cuenta con 2,4 médicos por cada mil habitantes, la mayoría concentrados en centros urbanos. Cuba tiene nueve por cada mil (datos de 2020). La educación nutricional es decisiva para el éxito del Plan SAN. El cubano posee hábitos alimentarios que pueden perfectamente cambiarse, como la preferencia por el pan de trigo, un cereal importado. Cuba produce mucha yuca y tiene condiciones para adoptar también el pan de maíz y de harina de coco. Y la carne puede cederle un lugar mayor al consumo de frijoles, lentejas, espinaca, maní, soya y aguacate, ricos en proteínas. Aunque la Isla no cuenta con mucho ganado lechero, las nuevas generaciones ya se acostumbran a la leche y el yogurt de soya. En el incentivo a la producción agrícola se destaca la agroecología. Visité varias propiedades rurales con una alta productividad que no usan insumos químicos (el término «propiedad» es el adecuado, ya que la Revolución, al promover la Reforma Agraria, les dio títulos de propiedad a agricultores y campesinos sin tierra). La capacitación de los monitores del Plan SAN, que prioriza el protagonismo de los organismos de base como los consejos populares, se lleva a cabo con la metodología de la educación popular, basada, sobre todo, en la pedagogía de Paulo Freire. Como el Plan SAN es una política de Estado y una prioridad del Gobierno, se espera que sus primeros frutos puedan recogerse en los próximos cuatro o cinco años. Díaz-Canel, Primer Secretario del Partido y Presidente de Cuba, con quien mantuve frecuentes diálogos en esta reciente visita al país, considera este proyecto urgente e imprescindible.

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